“Ahora, en los próximos días, el
club y yo decidiremos si voy a seguir trabajando la próxima temporada acá en el
Athletic. En caso de que yo continúe, me conectaría con ustedes para programar
lo que tiene que ver con fechas y demás, o tal vez no los voy a ver, porque si
yo y el club decidiéramos que no sea el próximo entrenador no nos veríamos.
Así que comentarles brevemente
que fue una temporada que terminó muy mal, realmente terminó muy mal. No
podemos ignorar cómo terminó, sería un engaño valorar el desarrollo porque el
cierre fue muy malo. Me hago absolutamente responsable de cómo cerramos, y les
digo por qué, nosotros jugamos un gran partido contra Portugal y de ahí en
adelante todo fue negativo, y el partido de ayer lo confirma, desde mi óptica,
porque los jugadores emblema, interiormente los jugadores emblemas de mi forma
de pensar, de sentir el fútbol, el caso de De Marcos, Amorebieta, Susaeta,
Muniain, que es un tipo con el que yo sintonizo emotivamente la misma onda, no
estuvieron a la altura del partido. En un grupo de 20 jugadores, hay jugadores
que se parecen a lo que vos querés y hay jugadores que se diferencian de lo que
vos querés, pero todos son útiles, y entre todos hicimos esfuerzos enormes por
conseguir cosas muy importantes, que conseguimos.
Pero no estuvimos a la altura de
la ilusión que generamos, eso es una cicatriz, es una herida. Ayer escuchaba,
en el colectivo, conversaciones, risas. Me parece inadmisible movilizar un
pueblo, decepcionar un pueblo, no estar a la altura de las ilusiones que
generaron, porque estoy verdaderamente avergonzado de haber decepcionado a la
afición del Athletic de Bilbao, porque no pierdan de vista, muchachos, que la
decepcionamos. Es verdaderamente un fracaso, y es una temporada negativa,
porque si vos jugas dos finales las podes perder no 3 a 0, 5 a 0. Las podes perder, no hay
ningún problema, pero perder las dos finales como las perdimos muchachos… Si lo
del Atlético de Madrid fue malo, lo de ayer fue mucho peor. Nosotros jugamos el
partido contra Barcelona sabiendo a quién íbamos a enfrentar, sabiendo qué tipo
de juego había que neutralizar, no nos sorprendió absolutamente nada. Todo lo
que creímos que iba a pasar, y nos preparamos para neutralizar, es lo que pasó.
Entonces, ¿cómo no me voy a sentir responsable? Y cómo no me voy a sentir
responsable si los tipos que representan más genuinamente mi idea, son los que
menos implicancia tienen en la orientación y el tránsito de mi equipo. Vos podes
sacarte la responsabilidad diciendo: no porque este; no porque aquel, no porque
el otro, no porque no hicieron caso… Nada de eso muchachos, entrenaron 10 días
como animales, obedecieron y se sometieron y se aplicaron a todo lo que yo les
pedí, a todo lo que yo les propuse, a todo lo que yo aspiraba que hicieran para
que las diferencias no fueran las que fueran. Entonces, tengan bien claro, y no
lo tomen como un dibujo, que el responsable soy yo, y así lo siento, lo siento
de ese modo, pero ustedes no ignoren que no se puede decepcionar a un pueblo.
Aparte, a un pueblo tan ingenuo, tan ingenuo, que va perdiendo 3 a 0, con una herida abierta,
y ustedes hacen una jugada mínimamente positiva y se las aplauden al minuto ’80.
Es un pueblo tan extraordinario, y ustedes son un desprendimiento de ese
pueblo, ustedes son ese pueblo, ustedes son la misma clase de gente de la que
estamos hablando: gente extraordinaria. Pero, lamentablemente, no estuvimos a
la altura. Estoy avergonzado, porque haber jugado el partido que jugamos contra
el Sporting de Lisboa, y de ahí en adelante, cuando ya todos los objetivos
estaban logrados, cuando habia que mostrar grandeza, fuerza, personalidad,
confianza en uno mismo, reforzar lo que habiamos hecho: hicimos todo lo
contrario. Yo no me sentiría responsable si hubiera manejado un grupo que no
obedeció, que no se sometió, que no se dejó convencer, que retaceo, que abrió
grietas internas. Pero esto fue todo lo contrario, los que no jugaron: a los
Zubiaurre, a los Koikili, a los Aitor Ocio, tipos que podrían haber hinchado
los huevos. Todo el mundo encolumnado detrás del proyecto que estaba
proponiendo. No tengo nada que reclamarle a nadie, pero por el bien de ustedes,
por el futuro de ustedes, tengo la obligación de decirles eso muchachos:
decepcionaron a un pueblo que no lo merecía, y no hacía falta salir campeón
para no decepcionar, ténganlo claro. En vez de tener miedo a perder, jugar para
ganar. No jugamos para ganar, ni ayer, y no jugamos para ganar contra el Atlético.
Porque para jugar para ganar, muchachos, hay que hacer lo que uno planeó lo que
había que hacer, creyendo que eso te iba a permitir el triunfo, y nosotros no
hicimos eso.
Ya todo es pasado, ya no hay partidos
para ver, ni cosas para analizar, ni cabezas que ordenar, ni mensajes que dar: la
oportunidad la dejamos pasar. Y aparte también tengan conciencia que son muy jóvenes,
son muy jóvenes, son millonarios prematuros, no tienen problemas, no les
importa mayormente lo que va a pasar porque todo el mundo tiene resuelto lo que
va a pasar. Se permiten reírse… Hay tipos que vienen caminando de Madrid y
nosotros estamos arriba de un colectivo riéndonos después de haber perdido una
final. Se permiten esas cosas, pero ni en fútbol ni en la vida es así,
muchachos, porque ustedes estas dos oportunidades, va a pasar muchísimo tiempo,
pero muchísimo tiempo, para que tengan revancha, y se van a acordar de esto que
les estoy diciendo. Y les insisto: no se trata de haber ganado, sino de cómo
perdimos. Para mí, todo el tránsito, que fue extraordinario, porque jugaron
partidos extraordinarios, lo opaca esto: y más lo opaca no saber por qué,
porque la realidad es que no sabemos por qué. A mi no me alcanza con decir: ‘Las
conclusiones del primer partido fueron que estábamos demasiado nerviosos’,
todas las que ustedes atribuyeron. Si me preguntan por qué, peor todavía, no
sabría por qué.
Nada más, muchachos, los saludo por
si no nos volvemos a ver, y si nos volvemos a ver, lucharemos por seguir
produciendo algo importante.”, Marcelo Bielsa dirigido a los jugadores del Athletic tras haber perdido las finales de la Europa League y de la Copa del Rey.
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