“Lamento mucho no haber conseguido el objetivo. Lo lamento por los jugadores que lo merecían, por los aficionados que lo ansiaban. Me siento responsable, me hago cargo de lo que significa mi responsabilidad en una situación como esta, sobre todo porque antes del partido estábamos en condiciones de ganarlo al partido. No haberlo hecho, estando en condiciones, aumenta mi responsabilidad porque disponía de una herramienta para aspirar a ganarlo al partido”
“Ese resultado, en sí mismo, no tiene nada que ver. Mire, lo estoy complicando. En su momento lo que acordamos con el club es evaluar la posibilidad de extender el vínculo una vez finalizada la competencia y con todas las evidencias disponibles. Usted me hace una pregunta que cómo se puede no considerar un resultado tan importante, o lo contrario, cómo puede ser solo un resultado un elemento de juicio. Hay victorias que aconsejan cierres y derrotas que aconsejan continuidad. Hay derrotas que aconsejan cierres y victorias que aconsejan continuidad. Quiere decir que tanto las derrotas como las victorias, según cómo se las observen, indican el camino a seguir. Lo que hay que hacer es esperar que termine la competencia, evaluar, y tomar las decisiones de las dos partes”
“Una nueva final es suficiente estímulo para cualquier deportista profesional, y sobretodo el costado amateur que todos tenemos es el que más activa y renueva la ilusión. Si necesitáramos trabajos específicos para jugar una final en relación al ánimo, por más que hayamos perdido una, sería una mala descripción de nosotros. Si hay algo que debe estimular a un equipo que pierde una final es la posibilidad de jugar otra. Los equipos cuando pierden una final lo lamentan toda la vida, porque saben que las oportunidades no son frecuentes”
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