13 oct 2012

Intimidades entreabiertas


“Ahora, en los próximos días, el club y yo decidiremos si voy a seguir trabajando la próxima temporada acá en el Athletic. En caso de que yo continúe, me conectaría con ustedes para programar lo que tiene que ver con fechas y demás, o tal vez no los voy a ver, porque si yo y el club decidiéramos que no sea el próximo entrenador no nos veríamos.
Así que comentarles brevemente que fue una temporada que terminó muy mal, realmente terminó muy mal. No podemos ignorar cómo terminó, sería un engaño valorar el desarrollo porque el cierre fue muy malo. Me hago absolutamente responsable de cómo cerramos, y les digo por qué, nosotros jugamos un gran partido contra Portugal y de ahí en adelante todo fue negativo, y el partido de ayer lo confirma, desde mi óptica, porque los jugadores emblema, interiormente los jugadores emblemas de mi forma de pensar, de sentir el fútbol, el caso de De Marcos, Amorebieta, Susaeta, Muniain, que es un tipo con el que yo sintonizo emotivamente la misma onda, no estuvieron a la altura del partido. En un grupo de 20 jugadores, hay jugadores que se parecen a lo que vos querés y hay jugadores que se diferencian de lo que vos querés, pero todos son útiles, y entre todos hicimos esfuerzos enormes por conseguir cosas muy importantes, que conseguimos.
Pero no estuvimos a la altura de la ilusión que generamos, eso es una cicatriz, es una herida. Ayer escuchaba, en el colectivo, conversaciones, risas. Me parece inadmisible movilizar un pueblo, decepcionar un pueblo, no estar a la altura de las ilusiones que generaron, porque estoy verdaderamente avergonzado de haber decepcionado a la afición del Athletic de Bilbao, porque no pierdan de vista, muchachos, que la decepcionamos. Es verdaderamente un fracaso, y es una temporada negativa, porque si vos jugas dos finales las podes perder no 3 a 0, 5 a 0. Las podes perder, no hay ningún problema, pero perder las dos finales como las perdimos muchachos… Si lo del Atlético de Madrid fue malo, lo de ayer fue mucho peor. Nosotros jugamos el partido contra Barcelona sabiendo a quién íbamos a enfrentar, sabiendo qué tipo de juego había que neutralizar, no nos sorprendió absolutamente nada. Todo lo que creímos que iba a pasar, y nos preparamos para neutralizar, es lo que pasó. Entonces, ¿cómo no me voy a sentir responsable? Y cómo no me voy a sentir responsable si los tipos que representan más genuinamente mi idea, son los que menos implicancia tienen en la orientación y el tránsito de mi equipo. Vos podes sacarte la responsabilidad diciendo: no porque este; no porque aquel, no porque el otro, no porque no hicieron caso… Nada de eso muchachos, entrenaron 10 días como animales, obedecieron y se sometieron y se aplicaron a todo lo que yo les pedí, a todo lo que yo les propuse, a todo lo que yo aspiraba que hicieran para que las diferencias no fueran las que fueran. Entonces, tengan bien claro, y no lo tomen como un dibujo, que el responsable soy yo, y así lo siento, lo siento de ese modo, pero ustedes no ignoren que no se puede decepcionar a un pueblo. Aparte, a un pueblo tan ingenuo, tan ingenuo, que va perdiendo 3 a 0, con una herida abierta, y ustedes hacen una jugada mínimamente positiva y se las aplauden al minuto ’80. Es un pueblo tan extraordinario, y ustedes son un desprendimiento de ese pueblo, ustedes son ese pueblo, ustedes son la misma clase de gente de la que estamos hablando: gente extraordinaria. Pero, lamentablemente, no estuvimos a la altura. Estoy avergonzado, porque haber jugado el partido que jugamos contra el Sporting de Lisboa, y de ahí en adelante, cuando ya todos los objetivos estaban logrados, cuando habia que mostrar grandeza, fuerza, personalidad, confianza en uno mismo, reforzar lo que habiamos hecho: hicimos todo lo contrario. Yo no me sentiría responsable si hubiera manejado un grupo que no obedeció, que no se sometió, que no se dejó convencer, que retaceo, que abrió grietas internas. Pero esto fue todo lo contrario, los que no jugaron: a los Zubiaurre, a los Koikili, a los Aitor Ocio, tipos que podrían haber hinchado los huevos. Todo el mundo encolumnado detrás del proyecto que estaba proponiendo. No tengo nada que reclamarle a nadie, pero por el bien de ustedes, por el futuro de ustedes, tengo la obligación de decirles eso muchachos: decepcionaron a un pueblo que no lo merecía, y no hacía falta salir campeón para no decepcionar, ténganlo claro. En vez de tener miedo a perder, jugar para ganar. No jugamos para ganar, ni ayer, y no jugamos para ganar contra el Atlético. Porque para jugar para ganar, muchachos, hay que hacer lo que uno planeó lo que había que hacer, creyendo que eso te iba a permitir el triunfo, y nosotros no hicimos eso.
Ya todo es pasado, ya no hay partidos para ver, ni cosas para analizar, ni cabezas que ordenar, ni mensajes que dar: la oportunidad la dejamos pasar. Y aparte también tengan conciencia que son muy jóvenes, son muy jóvenes, son millonarios prematuros, no tienen problemas, no les importa mayormente lo que va a pasar porque todo el mundo tiene resuelto lo que va a pasar. Se permiten reírse… Hay tipos que vienen caminando de Madrid y nosotros estamos arriba de un colectivo riéndonos después de haber perdido una final. Se permiten esas cosas, pero ni en fútbol ni en la vida es así, muchachos, porque ustedes estas dos oportunidades, va a pasar muchísimo tiempo, pero muchísimo tiempo, para que tengan revancha, y se van a acordar de esto que les estoy diciendo. Y les insisto: no se trata de haber ganado, sino de cómo perdimos. Para mí, todo el tránsito, que fue extraordinario, porque jugaron partidos extraordinarios, lo opaca esto: y más lo opaca no saber por qué, porque la realidad es que no sabemos por qué. A mi no me alcanza con decir: ‘Las conclusiones del primer partido fueron que estábamos demasiado nerviosos’, todas las que ustedes atribuyeron. Si me preguntan por qué, peor todavía, no sabría por qué.
Nada más, muchachos, los saludo por si no nos volvemos a ver, y si nos volvemos a ver, lucharemos por seguir produciendo algo importante.”, Marcelo Bielsa dirigido a los jugadores del Athletic tras haber perdido las finales de la Europa League y de la Copa del Rey.

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