10 nov 2012

Luchando en soledad...


“No puedo decirle más de lo que le he dicho: desde mi óptica, los elementos con los que se analiza un partido los he expuesto todos, posesión, dominio, llegada, transición, estilo, actuaciones individuales, organización, y en la cantidad de partidos que hemos jugado nosotros hemos sido justamente vencidos en pocas oportunidades. Pero como van 20 fechas, y en una de las competiciones estamos eliminados, y en la otras estamos a 7 puntos de la posición natural que uno imagina que merece un equipo como este, seguir explicando que lo obtenido es inmerecido, a mi me inhibe, porque me pongo en el papel del que escucha y digo: ‘Oh... otra vez la misma cuestión’”

“Los estilos no tienen planes alternativos: se hacen bien o se hacen mal. Y el destinatario de la exposición del equipo, que es el público, no es que reclame variaciones en los procedimientos. Lo que reclama, con justicia, es eficacia. Construir un estilo lleva tanto tiempo, que si frente a la adversidad la solución sería sustituirlo, sería una solución imposible porque dejar de proceder de una manera para optar por otra, es tan laboriosa la tarea de consolidar una forma que, desde mi óptica, no se puede cambiar de un día para el otro”
“Trabajo diariamente como si me fuera a quedar toda la vida, y no ignoro que puedo dejar de pertenecer mañana. Tampoco quiero alardear de fortaleza, pero es muy difícil que deje de luchar. Es mucho más probable que decidan por mí, que yo decida. Frente a la adversidad, siempre sigo luchando. Y sé hacerlo del único modo que se lucha en la adversidad: en soledad. Porque como la derrota produce sensaciones desagradables, es natural que todo el mundo tienda a distanciarse del que protagoniza la derrota. En este caso, me toca liderar a mí un proyecto que está desilusionando, y es natural que eso se viva en soledad, sin compañía. Y lo digo exactamente así: me parece natural, me parece lo normal, me parece que es lo que sucede siempre”

“El otro día un periodista me preguntó si había percibido la desaprobación por los cambios: el público no silbó los cambios, me silbó a mí. Percibí que no se silbaban mis decisiones, sino que se me silbaba a mí, como responsable de una dinámica negativa. No voy a decir que me alegro, pero me parece que se hace justicia. Siempre tuve claro que lo que había sucedido el año pasado había generado ilusión en la gente, y esto genera desilusión”

“Cuando pasó lo de las filtraciones, yo fui el más beneficiado, porque lo noté en el contacto con la gente, la gente valoraba aquella expresión mía después de una derrota, y yo sabía que esa expresión se correspondía a la intimidad, y que estaba obteniendo un reconocimiento por algo que jamás debió hacerse público, y eso es carne envenenada. Puede satisfacerte en lo inmediato, pero cualquier hombre con experiencia sabe que aquello es inmerecido, que es un robo, que uno se apodera de algo que no merece, después el destino lo pone en orden”

“En un club de fútbol, el entrenador es el más importante de la institución. ¿Por qué digo eso? Porque las autoridades de la institución moderan el poder que le otorgan al entrenador, y tienen ese error. Pero el que tramita lo más importante que tiene un club de fútbol, que es el desarrollo del equipo, es el entrenador. Entonces, dispongo del poder, evidentemente no lo usé bien sino no estaríamos en el momento en que estamos, y el público ha percibido eso”

“No presumo de ser poderoso, pero en la adversidad es cuando mayor fuerza reconozco dentro mío. Aparte, llevo toda mi vida observando a aquellos que gestionan la adversidad, que es de quienes verdaderamente se aprende. Extrañamente, todos sobre-observamos a los victoriosos, y quienes merecen ser observados son aquellos que tramitan la adversidad, así que estoy en un escenario que me es habitual, y el que he recorrido con mi cuerpo, y en cuerpo ajeno, infinidad de veces”

“De fútbol es muy poca la gente que entiende, pero es mucha la gente que opina. Entonces, cuando uno explica las situaciones que no dejan que un grupo triunfe, siempre les parece insuficiente el mensaje y siempre creen que en el mensaje hay un contenido encubierto. Pero el mensaje es muy claro, el entrenador lo que tiene que hacer es lograr que el futbolista juegue de manera proporcionada a las virtudes que posee. El que lo logra es un buen entrenador, y el que no lo logra, está fracasando. Entonces la cuestión no es de estilo, ni de organización, ni de preparación física, lo importante es que los jugadores estén cerca de su máximo potencial durante un período alargado”

“Aprendí mucho a escuchar lo que el estadio dice. ‘A lo loco se vive mejor’, nace de una parte de la hinchada que privilegia las emociones, y creo que al estadio le molestó ese apoyo, porque lo consideró inmerecido. A veces se silba un cambio, a veces silba a alguien que a criterio de la mayoría ha dejado de merecer ese apoyo. Si ilusionar merece ese reconocimiento, desilusionar merece reprobación. Esto que estoy produciendo desilusiona, y tengo que aceptar la reprobación”

“Estoy muy acostumbrado a los ataques de los medios de comunicación, entonces sé que producen este tipo de declaraciones: que yo me sitúo en una posición victimista, es decir, que me atribuyo más culpas de las que tengo”

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